miércoles, 21 de septiembre de 2016

Nuevo producto

[Suena melodía de centro comercial]

Estimados clientes, es un placer anunciarles que por fin está disponible en la sección de electrodomésticos el nuevo modelo de lavavajillas Seastar pro 5000.2 de la casa Karlsson. 

Con capacidad para ocho servicios y tres programas, destaca además por su novedoso sistema de flashwater y garantía de silent mode y Jarl system.

Disponibles en acabados cerúleo, cyan, verde ceniza y bermellón.

[Suena melodía de centro comercial]

martes, 20 de septiembre de 2016

Todos podemos perder

-¡Ah, aquí está! La gran espada del Kan Batbayar. 

Adelfried Schrader miraba la espada curva con rica ornamentación en su empuñadura, bien protegida dentro de una caja alargada de madera forrada de terciopelo verde en su interior y madera lacada en el exterior. La casa de subastas Thurisaz permite que los clientes que hayan ganado una adjudicación en una puja accedan a la sala que sirve de almacén para inspeccionar el objeto antes de su envío.

-Señor Schrader, la casa le garantiza máxima seguridad en el traslado. El servicio de transporte enviará la espada a la dirección que usted nos indique. Aconsejamos a nuestros clientes que no asuman ellos mismos la seguridad del traslado a causa de los posibles robos.

Adelfried asintió absorto e hizo una señal a su mayordomo con la mano quien continuó con la conversación con el gerente de la casa de subastas. Agarró la espada con las dos manos y la desenvainó lentamente, mostrando el primer tramo de la hoja que brillaba con un color oscuro plateado. Se dio cuenta de que sus propias huellas dactilares dejaban señal en la funda y en la empuñadura y se apresuró a dejarla de nuevo en la caja. Con un paño la limpió a conciencia para dejarla de nuevo reluciente. 

-La gran espada del Kan Batbayar... se repitió a sí mismo en voz baja. -Y se volvió para llamar a su mayordomo-. ¡Señor Kort! Marchamos a Kirchehrenbach. Adelántese y tenga a punto el mercedes. 

Y ambos salieron de la sala donde se afanaban los asistentes de la casa de subastas en organizar diferentes objetos adquiridos ese día por los pujadores . Salieron al bulevar Wilhelm II donde Kort -que también trabajaba como chofer para el señor Schrader- se adelantó para arrancar el moderno Mercedes-Benz W10 mientras Adelfried se detuvo a comprar el periódico a un muchacho pálido y harapiento. Leyó algunos titulares esperando que Kort estacionara el coche justo en el tramo de calle de donde estaba él situado. Había comenzado unos instantes antes una lluvia suave que, sin embargo, apretaba por momentos por lo que una vez su mayordomo le abrió la puerta y pese a que éste había abierto un paraguas se apresuró a entrar al interior con rapidez. El coche arrancó dejando tras de sí una pequeña humareda y una congestionada calle llena de gente que buscaba refugio a causa de la ya sí fuerte lluvia.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Antídoto

Jeff miraba con atención al grupo de trabajadores asignado  a su sector por la compañía. Se movían con lentitud, algunos con pisada torpe y todos pendiente de que se distrajera un momento el jefe para parar y sentarse. El sol ya no estaba en todo lo alto pero seguía siendo intenso. En realidad el propio Jeff estaba cansado. Cansado y harto de ese lugar y de todo el valle en general. Se trataba de uno de los sectores más complicados del proyecto del ferrocarril de Uganda, destinado a conectar Mombasa con Port Florence. La Lunatic Express, como a la prensa inglesa le gustaba llamarlo.  Leones al acecho, ataques masái, picaduras letales de insectos y serpientes, sed, calor sofocante, falta crónica de materiales... todos los contratiempos posibles en esta tierra indómita llamada África. Sí, decididamente odiaba este lugar.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Un inicio malo, un final peor

Aulus Pompilius Priscus miraba fijamente la superficie del vino de su copa. Sentado en una postura no muy cómoda a causa de su nerviosismo crónico miraba absorto los diferentes adornos de los frescos de su cubiculum, iluminados pobremente por una luz trémula proveniente de una lucerna. Las guirnaldas y graciosas y esbeltas aves que en su día le sedujeron la vista a él y a sus invitados se le antojaban esta noche frívolas, vacías, ajenas a sus sentimientos presentes pues fueron dibujadas mucho tiempo atrás, en otra época. Desde hacía más de un año los senadores vivían aterrados por la tiranía del emperador. Su conducta errática y caprichosa había acabado con la vida de algunos de sus amigos y dilapidado gran parte del tesoro real. A sus oídos habían llegado rumores de un complot, una conjura de hombres poderosos de linaje muy noble y respetado que, sin embargo, como él tenían el corazón lleno de terror. Pero cuando le propusieron participar a él, Aulus Pompilius dijo que no. Su familia había sido leal a los emperadores desde hacía muchos años. Y, después de todo éstos no vivían eternamente. "Ya vendrán tiempos mejores" se repetía, algunas veces más convencido que otras.

En la calle se oyó alboroto. Voces masculinas se alzaban sobre el rumor de la noche. Y crecían en intensidad mientras se aproximaban junto con el sonido del golpe de las tachuelas de sus caligae sobre piedra desnuda y el roce de las piezas metálicas sus corazas. No es frecuente que a través de la ventana y la puerta que daban al atrium se escucharan sonidos tan intensos de la calle, lo que me indicaba por mi experiencia militar que debía ser una cohorte entera de pretorianos los que estaban tomando el sector. 

Imperios orbitales

Xcaret Kókkinos (Nacido el 2 de Thermidor de 2185 en la Isla Roja de la ciudad espacial de Xócotl, desaparecido en la Nube de Oort el 19 de Brumaire de 2267). Fue un guerrero cuāuhpilli, político y tlatoani de la Neoconfederación Mexica conocida fundamentalmente por sentar las bases del Nuevo Dominio Azteca del Sistema Solar Interior tras la victoria sobre la Liga Zoroastrista de los siete satélites en el asedio a Io el 1 de Floréal de 2251.

Primeros años

Hijo en una familia acomodada del calpulli de la Isla Roja de Xócotl destacó pronto por su manejo de las matemáticas, la física, la esgrima lunar y el jeroglífico estándar galáctico. Gracias a estas cualidades su familia decidió mandarlo con 17 años a la prestigiosa academia de Mendeleev donde superará la prueba de acceso con la mejor marca entre los candidatos. Tras cursar las mil lunas obligatorias con nota alfa y participar como capitán adjunto de su corbeta-iónica en la encomienda final de exploración galáctica obligatoria para la graduación en el sistema de Van Maaen volverá a Xócotl a la edad de veintisiete años con idea de postular como oficial para la entonces conocido como Fuerza Jaguar de Defensa, hoy más conocida como Cuerpo Azteca de Asalto y Custodia (CAAC). Para su desgracia, los clanes de la Isla Azul estaban entonces aliados con los clanes de la Isla Amarilla como protesta por lo que consideraban una excesiva presencia de los arcontes de los clanes de la Isla Roja en el Cónclave de Xócotl, lo que impidió que la Gran Logia de las Tres le aceptara como opositor. Tras este revés emocional, Xcaret optará por emigrar a la ciudad de Chantico donde su familia tenía ciertos lazos de sangre, lejos de los clanes azules y amarillos de su ciudad.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Un buen negocio

Adnam observaba el horizonte con detenimiento, buscando algún accidente en la costa que le pudiera servir de referencia. Hacía dos semanas que partieron de Adén y una tormenta había retrasado su marcha hacia Karachi, ciudad bajo control del gran sultán de Delhi.

-¿Nada mi señor? -Preguntó Abdel, uno de sus sirvientes, en voz baja, casi susurrando.

-Nada -contestó Adnam mientras lo miraba apenas un segundo antes de volverse y observar con preocupación la cubierta del barco de transporte en el que viajaban -al que llamaban dhow- donde apretados se encontraban sus hombres y diversos esclavos del Sudán. Todos lo miraron al unísono.

Adnam sabía que el cargamento de esclavos debía llegar en buenas condiciones al puerto de Karachi. Un esclavo enfermo o demasiado delgado no interesaba a los señores de la guerra de la zona india del Gurajat. Además estaba el peligro de ser atacados. Sus sirvientes eran fuertes y leales, habiendo demostrado su valía en viajes anteriores. Pero esta vez el cargamento no era perlas, dátiles o grano, sino humanos. Bajo un asalto pirata, los esclavos podrían aprovechar y volverse contra ellos. Demasiado riesgo. Demasiado.

Al fin Adnam atisbó algo hacia el este.

-¡Ah! ¡Ahí lo tenemos! La desembocadura del Indo. No estamos lejos. -Decía mientras su rostro mostraba un alivio muy oportuno para la tranquilidad de sus hombres, especialmente de Abdel- No tardaremos más de dos días en llegar a puerto. Y rápidamente se volvió y se dirigió a sus hombres: ¡Alá no nos ha abandonado! Con suerte, en tres semanas volveremos a estar con nuestras familias en el Adén.


La llegada a puerto, dos días después, se realizó sin incidentes. A medida que el dhow maniobraba para el atraque, la tripulación pudo observar la explosión de colores de las mercancías depositadas a lo largo del muelle bajo la mirada atenta de comerciantes, compradores y hombres armados con su característico turbante y la daga curva ceñida al cuerpo mediante un pañuelo enrollado en torno a la cintura.

En el puerto había de todo: especias, sedas, fina cerámica de una tierra al oriente llamada alshin, joyas, esclavas morenas del Yadabas... Los olores de las especias eran penetrantes, intensos, pero no molestos. Adnam miró las ricas ropas de los compradores y acto seguido pensó “después de todo podré hacer un buen negocio con la venta”.

martes, 13 de septiembre de 2016

Fuga


Pocos seres saben lo que es nacer en cautividad. Al menos con conciencia de ello. La mayoría de las criaturas ignoran que están encerradas en un espacio reducido, que la realidad se extiende más allá de los límites de su existencia. Dicen que la ignorancia da la felicidad. Una afirmación muy simple y seguramente cierta. Pero es una verdad con trampa porque la ignorancia también te impide darte cuenta de tu situación y, por lo tanto, trazar un plan para escapar, algo que el conocimiento sí puede concederte. De modo que la ignorancia te da la felicidad si eres cautivo... al igual que el conocimiento si tras tomar conciencia haces algo para romper los barrotes de tu prisión. 

Nunca supe por qué fui condenado a ese sitio. Más bien, por qué lo fue mi madre y generaciones pasadas. Vivía y caminaba en la rueda sin otro objetivo aparente. Mi existencia era mantenida por la mano carcelera. Siempre me abastecía de agua y comida. En ocasiones me envolvía y me trasladaba de un lado a otro y podía ver y respirar. Nunca me permitió alejarme demasiado ya que allá donde caminara era atrapado de nuevo hasta volver a mi lugar de reclusión. Gracias a este hecho pude comprender que el mundo era más grande de lo que yo podía percibir ahí dentro. 

Tras dibujar un mapa mental del mundo exterior más allá de los límites de mi espacio de reclusión tomé la determinación de escapar. Solo necesitaba una ocasión, una única oportunidad. Inteligente es aquel que sabe aprovechar las oportunidades. Y esa oportunidad llegó. Cierta noche la mano carcelaria apareció en la oscuridad y atrapó mi cuerpo como tantas otras veces. Nunca supe por qué pero me dejó en el suelo y no hizo nada más. Corrí todo lo que pude. Conocía bien el espacio y sus rincones más inaccesibles. La mano carcelaria debió de arrepentirse de su error y de forma repentina creó luz de día. Pero no podía verme ni llegar a mí. Yo estaba detrás de una gran estructura y aprovechando un conducto continué la fuga. 

Tras recorrer un espacio que me pareció infinito llegué a una dimensión totalmente nueva para mí. Humedad, frío, oscuridad, inmensidad. Todo a la vez. Imagino que esa es la sensación de la libertad. Divina libertad.